¿Recordáis que en el post del bolso granny square os dije que ya os contaría de donde había salido la decoración? Esta es la historia.
¿Qué se puede hacer cuando vas a una concentración motera y
entre los regalos hay una gorra naranja butano (o naranja Harley, según a quien
preguntéis)? Porque además de ser un color horroroso y de que esas gorras ya no
están de moda (a no ser que trabajes en el campo o en la obra en cuyo caso el
glamour pasa a un segundo plano) esta en concreto no le cabía ni a un
chihuahua. Añádele el logotipo de una conocida marca de herramientas y tienes
la combinación perfecta para un enorme puagh. Tan enorme que ni siquiera caí en
hacer foto del “antes”. Tendréis que fiaros de mi palabra.
En fin, que no hay que hacerle ascos a nada así que con un
poquito de imaginación y uno de estos moldes para hacer yoyos esto es lo que ha
salido.
Estas son las piezas de tela después de descoser la gorra
(resulta bastante relajante). Las dos piezas con una especie de agujero son las
de la visera.
Tampoco hay foto de las piezas enteras por que me emocioné
cuando se me ocurrió para qué podía utilizar la dichosa gorra y hasta que no
llevaba ya tres yoyos hechos no caí en hacer las fotos. Pero os hacéis una idea
¿no?
Aquí se puede ver los yoyos que han salido de cada pieza,
uno de ellos en ejecución (¿a que es bonito mi molde?).
Estos tres yoyos son los que salieron de la pieza simétrica
a la de la foto.
El molde y los yoyos. No está mal la docenita.
Sobretodo ¡SED FELICES!
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