Vuelvo a traeros una receta facilona. Estamos en primavera así que hoy tenemos una receta primaveral. Sí, señoras y señores, las habas verdes o habas tiernas son un ingrediente típico de esta época del año.
Si estáis pensando en comer mejor uno de los aspectos que no deben descuidarse es consumir productos de temporada y de proximidad. Por aquello de ayudar a los productores locales, es un detallito. Es cierto que hoy en día con todos los avances en conservación de alimentos la gama disponible es mucho más amplia y la verdad es que se agradece. Pero no nos engañemos. El producto fresco no se puede comparar con el procesado. Aunque el procesado sea de muy buena calidad, que los hay, claro que sí. Lo siento mucho pero en mi modesta opinión la sandía es fruta de verano, no de diciembre (y así para muchos otros productos de la sección de fruta y verdura).
Habas con morcilla
Ingredientes
- Habas verdes
- Cebolla
- Morcilla (de arroz o de cebolla)
- Aceite de oliva
- Sal
Paso 1: Pelamos las habas. Os recomiendo usar guantes por aquello de que no se nos ennegrezcan las manos. Reservar.
Paso 3: Ponemos una sartén al fuego con un chorrito de aceite de oliva y cuando esté caliente salteamos la cebolla, hasta que empiece a ponerse translúcida.
Paso 4: Añadimos las habas peladas y salteamos hasta que empiecen a cambiar de color y ablandarse un poco.
Paso 5: Cortamos la piel de la morcilla y añadimos el contenido de la misma a la sartén con la mezcla de verduras, removiendo para que se integre todo. Cocinamos unos minutos (aproximadamente 5 minutos), probamos y rectificamos de sal si es necesario.
NOTAS:
a) Receta que te permite ajustar cantidades a tu gusto, por eso no las he puesto. También por que aunque yo he insistido en usar producto fresco ahora mismo es muy fácil encontrar las habas ya peladitas en la sección de congelados del super. Y obviamente no es lo mismo el peso de las habas peladas que sin pelar. "Es que a mí me gusta mucho la morcilla" Pues ponle más, a tu gusto.
b) Hablando de la morcilla. Sirve igual la de arroz o la de cebolla. Dependiendo de dónde viváis os resultará más fácil encontrar una u otra. Tú mismo con tu mecanismo.
c) "No me gusta la cebolla". No la pongas. ¿Habéis visto como es una receta facilona? Lo avisé, que conste.
d) La cantidad de sal es el único punto delicado. Dependiendo del tipo de morcilla que uséis igual ni tenéis que poner sal. Probad la mezcla antes de abrir el salero. En serio. Que si no, después no hay quien se lo coma.
¡A la compra!
PS: ¿Os mola mi paño de cocina vintage?
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