Hoy os traigo una historia larga. Seguro que a todos os ha pasado alguna vez que desde que empiezas un proyecto hasta que lo terminas pasa muchísimo tiempo, con el trabajo por ahí muerto de risa en un rincón. Este es el caso.
Hace mucho bordé estas flores para hacerle un regalo a mi mami.
Cuando estaban terminados se los enseñé para preguntarle como los quería: enmarcados, en un cojín, se admiten sugerencias.... Tengo que confesar que mi primera idea fue ponerlos en cojines, con un reborde de loneta verde en alguno de los tonos de las hojas, un acabado muy sobrio y tal. Luego reflexioné que a lo mejor los colores del bordado eran demasiado claritos y se ensuciaban mucho. Así que pregunté a la usuaria final. Y ¡oh, sorpresa! después de mucho meditar contestó que prefería cojines.
Rebuscando entre todas mis telas encontré un trozo bastante grande de loneta color vino que no era una mala idea. Trabajando con mucho esfuerzo (aún estoy un poco verde en esto de la costura) y muuuuuuucho cariño esto es lo que ha salido: dos fundas para cojín de 50x50cm.
Los dos juntitos.
Detalle por separado.
Feliz día de la madre, mamá.
Espero que os gusten.
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