Es una pocholada. Tengo que admitir que me encapriché de ella cuando la vi en otro blog. Ahora que la tengo me alegro mucho porque es incluso mejor de lo que había imaginado.
Veréis. Es de lo más manejable, ya véis por el boli que es pequeñajilla. La parte superior me cabe en la mano y eso que no tengo las manos especialmente grandes. Además se calienta en un visto y no visto así que no tienes que estar esperando un montón de rato como las grandes. Eso sí, calienta como la que más: ayer descubrí que se me había olvidado poner el muletón y el vapor me ha dañado un poco el barniz del sobre de la mesa.
Lo dicho, chiquita pero matona.
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